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sábado, 11 de septiembre de 2010

Yacuruna


Cuenta la Leyenda que en la profundidad de los ríos  y cochas de la Amazonia, vive el Yacuruna, en ciudades y castillos de arena. Para unos es considerado un Dios Mitológico, o un demonio con pasiones degeneradas y para otros el alma de los hombres que  mueren y vuelven, desde las aguas, guiados por los Bufeos Rosados. Sobrevivió al diluvio universal adaptándose a la vida acuática, perdiendo sus cualidades humanas.

Tiene el poder de la metamorfosis, gracias a la cual puede aparecer por unos instantes como un hombre de hermosos atributos físicos. Aprovechando de esta cualidad seduce a las mujeres bellas e  inocentes a las cuales las agasaja con perlas y  piedras preciosas recogidas del lecho de los ríos. Cuando las adolescentes se enamoran de él, las convierte en sirenas y  se las lleva a las profundidades del agua, para incrementar y convivir con su ya numeroso harem. Allí cada integrante del harem se disputa el privilegio de pasar momentos de placer a su lado.

Cuando sale a dar sus paseos, preferentemente nocturnos, monta en un cocodrilo negro, lleva una boa en su cuello a modo de bufanda, otra a modo de cinturón y  en sus pies el caparazón de tortugas a modo de calzados. Cuando duerme, en el día, en las profundidades del agua mantiene un ojo abierto que se mantiene vigilante ante cualquier emergencia. Cuidan su reposo un séquito de hermosas sirenas que lo defienden del ataque de los depredadores subacuáticos.

El Yacuruna usa sus poderes de comunicación con los  animales subacuáticos para dominar y comandar. Usando su poder de metamorfosis puede aparecer en forma de Bufeo Rosado. El olor de la menstruación de las mujeres son perceptibles por su olfato súper desarrollado , mecanismo mediante la cual ubica para seducir a sus potenciales víctimas y las somete con  sus hechizos de poderes afrodisiacos.

Enlaces:
La Danza del Yacuruna
Leyendas y Mitos de la Amazonia Peruana

viernes, 10 de septiembre de 2010

Homenaje a César Calvo Soriano

En Agosto se cumplieron diez años de la desaparición física del gran poeta y escritor César Calvo Soriano. Nació el 26 de Julio de 1940 y falleció el 18 de Agosto del 2000, miembro de la generación del sesenta. Sus padres fueron el pintor Loretano  César Calvo de Araujo y doña Graciela Soriano Narvaez. Estudio letras, psicología y derecho en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Alterno en su vida el periodismo y su gran pasión por la poesía. Ganador de muchos premios. Siendo sus obras mas importantes "Pedestal para Nadie" y "Las Tres Mitades  de Ino Moxo y otros brujos de la Amazonía".


"Su identificación y gran amor por la Amazonia y la ecología, lo llevó a dirigir la filial del Instituto Nacional de Cultura en Iquitos en 1975 durante el cual también fue Director de la Fundación Pro Selva en la misma ciudad, dedicada a la protección y difusión de la cultura amazónica...

César Calvo, considerado como uno de los mejores escritores hispanoamericanos por su inconfundible aliento poético, fallece repentinamente ... casi al término de su último ensayo poético Edipo entre los Inkas, que fuera publicado póstumamente en tres tomos por el Congreso de la República del Perú en el 2001".Wilkipedia.

"...la literatura loretana ha intentado reproducir los itinerarios de quienes quisieron describirla, explicarla o interpretarla  desde tiempos inmemoriales...

...Evidentemente, no se puede entender la literatura – ni la espiritualidad – amazónica  sin acudir a César Calvo. Ese hombre de padres loretanos, nacido en Lima, siempre había dicho que su patria era la Amazonía. En 1981 concibió Las tres mitades de Ino Moxo (no reeditado desde entonces), probablemente el libro más importante de y sobre la magia y el espíritu amazónicos; grandilocuente, extraño, poderoso, apasionado, poético, narrativo en extremo, místico, cotidiano, voraz, inabarcable, una suerte de novela-río escrita bajo el influjo de la ayahuasca, con aire de verso y corazón de poeta".(Diario de IQT)

En homenaje a su gran labor y amor por la Amazonia, Incluimos aquí dos de sus poemas:

Venid a ver el cuarto del poeta


Desde la calle
hasta mi corazón
hay cincuenta peldaños de pobreza.
Subidlos.
A la izquierda.

Si encontráis a mi madre en el camino,
cosiendo su ternura a mi tristeza,
preguntadle
por el amado cuarto del poeta.

Si encontráis a Evelina
contemplando morir la primavera,
preguntadle
por mi alma
y también por el cuarto del poeta.

Y si encontráis llorando a la alegría
océanos y océanos de arena,
preguntadle
por todos
y llegaréis al cuarto del poeta:
una silla, una lámpara,
un tintero de sangre, otro de ausencia,
las arañas tejiendo sordos ruidos
empolvados de lágrimas ajenas,
y un papel donde el tiempo
reclina tenazmente la cabeza.

Venid a ver el cuarto del poeta.
Salid a ver el cuarto del poeta.
Desde mi corazón
hasta los otros
hay cincuenta peldaños de paciencia.
¡Voladlos, compañeros!

(si no me halláis
entonces
preguntadme
dónde estoy encendiendo las hogueras)

Aquel bello pariente de los pájaros

Aquel bello pariente de los pájaros
que escondía su sombra de la lluvia
mientras tú dirigías
sobre ardientes cuadernos el vuelo de su mano.
El niño que subía
por el estambre rojo del verano
para contarte ríos de perfume,
cabellos rubios y país de nardos.
Tu niño preferido -¡si lo vieras!-
es el alma de un ciego que pena entre los cactus.
Es hoy el otro, el sin reír, el pálido,
rabioso jardinero de otoños enterrados.

¿Y sabiendo esto lo quisiste tanto?
¿Lo acostumbraste al mar,al sol,
al viento, para que hoy ande respirando asfixias
en un pozo de náufragos?
¿Para esta pobre condición de niebla
defendiste su luz de enamorado?

Poesía, no quiero este camino
que me lleva a pisar sangre en el prado
cuando la luna dice que es rocío
y cuando mi alma jura que es espanto.

Poesía, no quiero este destino.
Llévate tus sandalias.
¡Devuélveme mis manos!

El final de la historia lo dirán las estrellas
y las hojas que cubren mi sueño sepultado.

(de Poemas bajo tierra)

Enlaces:
César Calvo
Homenaje por la obra de César Calvo
Literatura Amazónica y Olvido Oficial
César Calvo Soriano
César Calvo: Una voz poética que no cesa