La Balsa es el vehículo fluvial más humilde utilizada por los pobladores para navegar los ríos de la selva, cuyo uso se remonta a la época prehispánica. Puede transportar desde una sola persona hasta muchas toneladas. La balsa es fabricada con las maderas mas livianas, vale decir con el palo de balsa cuyo nombre científico es Ochroma Lagopus, u Ochroma Pyramidale, comúnmente llamado topa (Perú), boya (Ecuador) cuya flotabilidad esta determinada por su bajo peso específico y baja densidad de 150-160 kg/m³. La estructura alveolar de la madera le da esta característica y una resistencia de más de 100 kg/cm². Llega a medir hasta 30 metros de longitud y de 30 a 90 centímetros de diámetro y en alguno casos hasta 1.50 m.
Es típico ver a las clásicas balsas piloteada con destreza por los campesinos de la selva que la usan para transportar sus productos río abajo. Pero las balsas de gran tonelaje, construidas especialmente para tal fin, jugaron un rol importante en el transporte y el desarrollo económico de toda la región de la selva. Aunque si el viaje duraba meses para llegar a su destino, las mercaderías transportadas desde la costa llegaban a los lugares más alejados: Tarapoto, Iquitos, Yurimaguas, Pucallpa y Madre de Dios y quizás en tiempos más remotos se recorría el amazonas hasta desembocar en el Océano Atlántico. Paulatinamente las balsas de gran tonelaje fueron sustituidas por los camiones al ser construida la carretera marginal de la selva (Fernando Belaunde Terry) y por los barcos fluviales respectivamente. Las balsas pequeñas, todavía son usadas en casos de emergencia. En otros casos cuando se organizan carreras con la finalidad de promover el turismo ecológico.
Todavía en 1970 las mercaderías llegaban por carretera a Tocache y Pucallpa para luego continuar en balsa hacia Tarapoto e Iquitos por los ríos Huallaga y Ucacayalí respectivamente. La explotación del caucho y posteriormente del café y el cacao marcaron el apogeo de la balsa de gran tonelaje. Era clásico observar a los balseros forrar las mercaderías con metros y metros de plástico para protegerlas de la humedad, montar sus grandes remos en tripodes sólidamente asegurados a bordo, techar con hojas de palmera la cocina y el dormitorio preparándose para un largo viaje. El viaje preveía aguas mansas y turbulentas en los mal pasos constituido de rápidos, moyunas y cascadas que los expertos balseros sabían sortear con destreza. Y como no, el balsero como el marinero dejaba un amor en cada puerto.
En la actualidad de la Balsa y de los balseros solo quedan gratos recuerdos. Se han organizado algunos eventos como la carrera de balsa en Iquitos en varias ediciones y el concurso de balseros en Tocache con ocasión de festejar la fiesta de San Juan para recordar la hermosa gesta de la balsa. Particularmente le dedique un poema titulado "Balsa" publicada anteriormente en este blog y en otro.
Enlaces:
X Carrera Iternacional de Balsas por el Río Amazonas
Balsa Nativa
XII Carrera internacional de Balsas
XII Carrera internacional de Balsas
domingo, 22 de julio de 2012
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